29 de abril de 2009

La adolescencia, la edad más difícil, más conflictiva. En la que aparecen más problemas sentimentales que nunca. Hay que saber pasarla, y no es fácil, lo sé. Miles de complejos nos invaden, miles de conflictos, miles de sentimientos encontrados o desencontrados. Amor mezclado con capricho. Confusiones. Problemas de peso. Enfermedades.
Son muchísimas cosas que a cada adolescente lo trauman de diferente manera provocándole diferentes resultados, y no todos encontramos el
camino para salir, y preferimos huir creyendo que esa es la solución o la mejor alternativa, y después, con el tiempo, tal vez nos damos cuenta que no era la forma, que había que enfrentar los problemas. Muchos por ahí lo sabemos pero no queremos afrontarlo, y pensamos que es mejor de la otra forma, y si nos equivocamos, podemos volver atrás para repararlo. Pero no siempre es así, a veces es tarde para remendar los hechos. Igual, como siempre digo, de los errores se aprende.
Ya hablé mucho en el blog sobre estos temas creo, pero veo que cada vez es más la cantidad de adolescentes deprimidos por diferentes cosas. No sé como explicarle a cada una de estas personas lo importante que es ser feliz en la vida, y que hay que vivirla. Que somos muy jóvenes para deprimirnos… y que a la larga esta depresión por X causa, se convierte en una enfermedad, y terminamos mal.
Por Dios gente, reaccionen, y
vivan la vida que para eso vinimos a este mundo.

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